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A.1. Gestión y desarrollo de proyectos

1. Técnicas y estrategias de trabajo en equipo

En los ámbitos de la tecnología y la ingeniería, donde los procesos son complejos y dinámicos, resulta de especial importancia conseguir equipos de trabajo cohesionados, en los que los talentos de todos sus integrantes se unan para proporcionar las respuestas idóneas a los retos planteados. 

Las principales técnicas y estrategias que podemos utilizar para facilitar el trabajo en equipo son:

1. Potenciar la comunicación, la confianza y el respeto.

Los miembros del equipo de trabajo deben poder expresar sus ideas, compartir sus preocupaciones y emitir juicios constructivos en un ambiente de confort para todos. La mala comunicación y las faltas de respeto entre los miembros, además de dificultar el flujo de trabajo, pueden generar desconfianza. 

Para facilitar la comunicación, deben estar claramente definidos los medios y vías de comunicación (correo electrónico, chat, plataformas colaborativas, etc.) y todos los integrantes del equipo deben tener acceso a ellos. Algunas de las herramientas de comunicación y de gestión de tareas compartidas más utilizadas son Hootsuite, Asana, Trello, Slack, Google Drive y Dropbox.

2. Establecer metas de trabajo claras y compartidas.

Para alcanzar un objetivo, resulta esencial determinarlo al comienzo del proyecto. La definición de un objetivo debe ser general e incluir la visión de todos los integrantes del grupo. 

Una vez definido el objetivo del proyecto, puede desglosarse en metas más pequeñas, para las que se deberán establecerse objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo de cumplimiento determinado.


3. Definir los roles y la responsabilidad de cada persona.

Cada miembro del equipo debe conocer qué se espera de él, cuáles son sus responsabilidades y cómo se integra su contribución en los objetivos generales del grupo. Además, debe haber un líder que proporcione una visión conjunta del equipo y facilite la comunicación y la escucha activa entre todos sus integrantes.


4. Fomentar el sentido de pertenencia.

Las personas que componen un grupo de trabajo muestran una mayor motivación y una actitud más positiva hacia el trabajo si se consideran pertenecientes al equipo. Para lograrlo, es habitual desarrollar dinámicas de trabajo en grupo (como los icebreakers, los juegos de rol, las actividades al aire libre, etc.) que ayudan a fomentar los lazos sociales entre todos los miembros.

5. Establecer un protocolo de resolución de conflictos.

Los conflictos aparecen de forma inevitable en todos los grupos de trabajo cuando las diferencias de opinión no se valoran correctamente. Si esos conflictos no se abordan de la forma adecuada, pueden generarse tensiones que disminuyen la productividad y afectan negativamente al ambiente laboral. 

Los equipos de trabajo deben disponer de un protocolo de actuación ante conflictos, que permita manejar situaciones desagradables de forma eficiente. El procedimiento que se debe seguir en los momentos de conflicto tiene que quedar claro de antemano y ser conocido por todos los integrantes del equipo.

2. Metodologías agile

Se conocen como metodologías agile o metodologías ágiles un conjunto de estrategias de trabajo en equipo que buscan la flexibilidad y la inmediatez en el desarrollo de un proyecto.

Estas metodologías tienen su origen en la industria del software. Los plazos de entrega que se establecen para el desarrollo de programas exigen una forma de trabajo que permita agilidad, flexibilidad y adaptación. Además, en muchas ocasiones es necesario modificar algunas de las decisiones tomadas al inicio del proyecto o adap￾tar el software que se va creando a nuevos requerimientos que surgen durante su desarrollo.

Las metodologías ágiles están basadas en cuatro principios de trabajo fundamentales:

  1. Fragmentación. En lugar de intentar resolver todo el problema, el equipo divide el proyecto en pequeñas partes que se tratarán de resolver de forma muy rápida, para que los avances sean más eficientes.
  2. Cooperación. Todos los implicados interaccionan y trabajan como un único equipo.
  3. Sencillez. Se documenta todo el proceso de forma suficiente y se utilizan métodos y herramientas sencillas.
  4. Adaptación. Se tratan conjuntamente la planificación y la ejecución, para poder responder de forma eficaz a los cambios que se produzcan a lo largo del proyecto.

El uso de metodologías agile posibilita una forma de trabajo cíclica mediante la cual el proyecto que se crea se va mejorando y se adapta a las circunstancias que van surgiendo en su desarrollo hasta llegar al producto final.

El uso de metodologías agile, dada su flexibilidad, se recomienda para el desarrollo de proyectos en los que:

  • Se desarrollan objetos no físicos, como los programas informáticos, o se trata de una prestación de servicios.
  • No existen tareas muy concretas ni es necesario un orden estricto en su desarrollo. 
  • Se requiere creatividad.

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Scrum y Kanban

Existen diferentes metodologías de trabajo ágil, con características propias que les permiten adaptarse a diferentes contextos y necesidades. Algunas de las más conocidas son la metodología Scrum y la metodología Kanban.

  • Scrum es una de las metodologías ágiles más utilizadas porque proporciona adaptación, flexibilidad y eficacia. Se basa en el principio de mejora continua.

El líder del equipo (Scrum master), junto con el equipo de trabajo y el propietario del producto (product owner), establecen la planificación de las tareas pendientes (sprint planning).

El trabajo que se debe realizar se divide en un conjunto de pequeñas tareas iterativas que se desarrollarán en cortos espacios de tiempo (no más de dos semanas), denominados sprints. En cada uno de estos sprints se genera un entregable del producto final para el propietario del producto. Este entregable se irá mejorando y adaptando a los requerimientos en los sucesivos sprints, hasta completar todas las tareas establecidas. 

Esta forma de trabajo permite la corrección rápida de los fallos que se pudieran detectar en cada sprint.

  • Kanban es una metodología ágil basada en los sistemas de producción de Toyota. Su nombre procede de una palabra japonesa que significa “tarjetas visuales”.

Esta metodología se implementa mediante tableros visuales organizados por columnas. Cada columna representa una etapa del trabajo; por ejemplo: trabajo pendiente, en proceso, por hacer, en pruebas y hecho. Las tareas individuales se representan mediante tarjetas de colores, y en cada tarjeta se recoge información de la tarea. Todas las tarjetas pasan por las columnas del tablero hasta que se dan por finalizadas.

La metodología Kanban no diferencia roles y mantiene a todo el equipo en un mismo nivel para evitar bloqueos derivados de la burocracia y las asignaciones. Además, no requiere reuniones periódicas, ya que cada miembro del equipo va actualizando el desarrollo de su tarea en el tablero.

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Aplicaciones de las metodologías agile

Aunque las metodologías agile tienen su mayor aplicabilidad en la industria del desarrollo de software, también se pueden implementar en otros campos tecnológicos, como:

a) Desarrollo de productos de hardware o dispositivos de IoT. En este caso, el uso de ciclos cortos de iteración permite desarrollar prototipos y recibir una realimentación rápida por parte de los usuarios, a partir de la cual se pueden desarrollar mejoras.

b) Desarrollo de infraestructura tecnológica (redes, centros de datos, etc.). Usar una metodología ágil permite planificar e implantar proyectos por etapas, lo que facilita su adaptación a los nuevos requerimientos y cambios que puedan surgir.

c) Proyectos de integración de diferentes sistemas tecnológicos (proyectos médicos, de automoción, de fabricación industrial, etc.). Las metodologías ágiles ayudan a que haya una mayor adaptabilidad y una colaboración más estrecha entre los equipos involucrados.

3. Desarrollo de un proyecto. Fases

La mayoría de los proyectos, ya sean simples (como los que haces en el taller) o complejos (como los que se llevan a cabo en una empresa), se desarrollan conforme a una serie de fases que conforman el ciclo de vida del proyecto. Las fases del ciclo de vida de un proyecto son:

1. Inicio del proyecto

En esta fase se definen el propósito y los objetivos generales del proyecto. Una vez establecido el alcance del proyecto, y antes de comenzar a trabajar en él, es necesario hacer un análisis de viabilidad, que ayudará a decidir si la empresa debe embarcarse o no en dicho proyecto. El análisis de viabilidad debe incluir al menos las siguientes evaluaciones:

  • Evaluación de la viabilidad económica, para determinar el coste del proyecto y el beneficio que se espera obtener de él. Esta evaluación permitirá determinar si el proyecto es rentable y si es capaz de generar los beneficios esperados.
  • Evaluación de la viabilidad legal, para ver si el proyecto planteado cumple las leyes y requisitos legales que puedan ser de aplicación y se dispone de los permisos y licencias con que será necesario trabajar.
  • Evaluación de la viabilidad técnica, para estudiar si se cuenta con los recursos técnicos necesarios para llevar a cabo el proyecto: tecnología, conocimiento técnico, disponibilidad de equipos, etc.
  • Evaluación de la viabilidad operativa, para valorar si la organización podrá llevar a cabo las operaciones necesarias para el proyecto en cuanto a recursos humanos, procesos operativos, capacidad de gestión, cadena de suministro de materiales, etc.

Si, tras el análisis de viabilidad, no se detecta ningún aspecto negativo, el proyecto continúa en la fase siguiente.


2. Planificación del trabajo

En esta fase se elabora con detalle un plan de trabajo a partir de la definición realizada en la fase anterior. El plan de trabajo consta de:

  • Definición de tareas: El trabajo se divide en tareas llamadas tareas SMART. La palabra SMART, además de significar “inteligente” en inglés, es un acrónimo creado con las palabras specific, measurable, achievable, realistic y time-bound que hace referencia a las condiciones que deben cumplir estas tareas: ser concretas, medibles, alcanzables, realistas y de duración definida. Para cada tarea, deben detallarse las actividades incluidas y los recursos necesarios para acometerlas.
  • Cronograma
  • Presupuesto
  • Agentes responsables de cada parte del proyecto 
  • Entregables y fechas de cada uno de ellos

El plan de trabajo constituye un documento (físico o virtual) que resulta esencial para conseguir el éxito del proyecto. Tiene que darse a conocer a todos los participantes en el proyecto desde el comienzo y estar disponible para su consulta en todo momento.


3. Ejecución del proyecto

Después de definirse el plan de trabajo, comienza el desarrollo de las tareas planificadas. En esta fase se aplican al desarrollo del proyecto los recursos y los conocimientos de los agentes responsables, se distribuyen las tareas a los grupos de trabajo y se ejecutan las tareas planificadas. 

Es en esta fase donde suelen surgir los problemas: retrasos en las entregas, falta de personal disponible, gastos imprevistos, etc. Por este motivo, durante la ejecución del proyecto deben establecerse controles periódicos para verificar que todo se ajusta al plan de trabajo.


4. Seguimiento del proyecto

En esta fase se comprueba el desarrollo de la planificación: si se cumplen los plazos establecidos y si se resuelven los problemas que hayan surgido. Esta fase se desarrolla de forma paralela a la anterior. Se llevan a cabo principalmente las siguientes actividades:

  • Seguimiento de tareas e hitos planificados
  • Control de entregas y seguimiento de la calidad de los productos.
  • Gestión de incidencias: identificación de cuellos de botella en el proceso, falta de materiales, roturas de stock, duplicidades en los procesos, etc.
  • Generación de informes de desarrollo del proyecto

5. Evaluación y cierre del proyecto

En esta fase se evalúa el desarrollo del proyecto conforme a la planificación inicial. Se llevan a cabo principalmente las siguientes actividades:

  • Análisis de los resultados con respecto a las estimaciones iniciales
  • Registro de incidencias no resueltas para evitar reproducirlas en un futuro
  • Realización de una copia de seguridad (backup) del proyecto
  • Actualización de la base de datos de conocimiento con todo lo aprendido y elaboración de la memoria del proyecto.
  • Cierre formal del proyecto por parte de todos los integrantes.

4. Normalización

En el siglo XIX, durante los inicios del desarrollo industrial, cada fabricante utilizaba sus propios métodos de trabajo y su maquinaria para producir elementos similares. Así, se producían piezas de dimensiones arbitrarias, difícilmente intercambiables entre unos objetos y otros y poco aprovechables entre las distintas fábricas. Esta forma de trabajo incrementaba los costes de producción y las dificultades para los clientes. Para evitarlo, se recurrió a la normalización.

La normalización es un conjunto de normas en el que se recogen las características técnicas que debe cumplir un producto o servicio.

Se aplica en múltiples campos: se normalizan los materiales, los elementos, los productos, las máquinas, los métodos de ensayo, los métodos de verificación, los métodos de medida, los procesos de gestión, los procesos comerciales, la documentación de un proyecto, etc.

Organismos de de normalización

Existen diferentes organismos regionales, nacionales e internacionales recono￾cidos para la elaboración y difusión de las normas:

  • A escala internacional, el organismo encargado de ello es la Organización Internacional de Normalización (International Organization for Standardization, ISO), que redacta las llamadas normas ISO. Este organismo actúa en todos los campos de normalización excepto en el eléctrico y el electrónico, en el que la entidad encargada de normalizar es la Comisión Electrotécnica Internacional (CEI).
  • En Europa, los organismos son el Comité Europeo de Normalización (CEN), el Comité Europeo de Normalización Electrotécnica (CENELEC) y el Instituto Europeo de Normalización de las Telecomunicaciones (ETSI). Redactan las normas EN. 
  • En España, el organismo encargado de normalizar es la Asociación Española de Normalización. Redacta las normas UNE (acrónimo de “una norma española”).
  • A escala regional y local, las comunidades autónomas y los ayuntamientos pueden contar con otros organismos de normalización.

Los diferentes organismos redactan las normas a partir de un proceso de participación de todos los agentes implicados: fabricantes, usuarios, expertos técnicos y administraciones, lo que asegura la inclusión de diferentes puntos de vista y la validez de la norma.

Las normas se recogen en un compromiso por escrito y se nombran conforme a diferentes criterios. Por ejemplo, las normas UNE se codifican con las letras UNE seguidas del número de la norma y su año de publicación. En algunas ocasiones, cuando una norma UNE asume otras normas internacionales o europeas, añade las siglas de estas normas a su codificación. Así, por ejemplo, la norma UNE-ISO 690:2013 hace referencia a la norma internacional ISO 690:2010 (“Information and documentation - Guidelines for bibliographic references and citations to information resources”) y la adapta a España mediante su traducción del año 2013.

Las normas se actualizan y revisan periódicamente para incluir en ellas los avances tecnológicos, las necesidades cambiantes de los diferentes sectores productivos y las nuevas regulaciones o directrices emitidas de acuerdo con la legalidad vigente. Todas las normas establecidas por los diferentes organismos son de carácter voluntario, lo que significa que su aplicación no es obligatoria por ley. Sin embargo, muchas organizaciones deciden adoptarlas para mejorar sus procesos y asegurar el cumplimiento de los requisitos técnicos y de calidad.

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